domingo, 11 de mayo de 2008

El mundo, los cuatro elefantas, la tortuga y... el autor


Bueno, siglos hace que no me paso por aquí. Las razones (o excusas) son muchas, variadas y fáciles de inventar, así que lo dejaré a voluntad de mis (entre dos y cuatro) lectores. Pero, ¿acaso hay mejor ocasión para retomar un blog que un homenaje? El pasado 28 de abril, el genio del sombrero vaquero, el genio que creó una de las mejores y más divertidas sagas de "fantasía", cumplió 60 años. Unos meses antes había anunciado que se le había diagnosticado alzheimer, con todo lo que eso conlleva (aunque en su honor he de decir que él dio la noticia con un sentido del humor encomiable). Dado todo lo anterior, este post va dedicado al señor Terry Pratchet, a explicar un poco su figura y su obra y a felicitarle por sus 60 años.

El genio que nos ocupa nació el 28 de abril de 1948, en algún lugar de Inglaterra sobre el que no me he molestado en informarme... Ey, en serio. Os lo juro, parezco un verdadero fan, pero en realidad no me fijo en esos infimos detalles sobre una figura a la que admiro y adoro. ¿No os lo creéis? Ejem, bien, ¿son necesarias las amenazas de violencia para hacerme confesar? ¿Si? Vale, lo admito, nació en Beaconsfield. Sonaba tan ridículo que prefería omitirlo. La cuestión es que en un principio se sintió atraído por el cielo nocturno y quería ser astrónomo. El que tuviese tanta habilidad para las matemáticas como mi mesita de noche (osea: sabía restar, sumar, multiplicar, dividir y hacer ecuaciones de primer grado) le dejó con las ganas. Por supuesto, este frikismo le atrajo irremediablemente a la ciencia ficción.

Trabajó durante un tiempo como periodista (según dice, en su primer trabajo ya tuvo que ver a un muerto... lo que entonces llamaban "adquirir experiencia profesional"). Publicó algunos relatos, pero no fue hasta 1983, con la publicación de El color de la magia que comenzó a plantearse en serio su carrera como escritor. Su siguiente libro (La luz fantástica) se publicó en fascículos... Más o menos por el cuarto libro (Mort) sus ventas habían comenzado a incrementarse sensiblemente. Para cuando quiso darse cuenta, estaba publicando uno o dos libros por año, casado, con hijos y en la lista de los best-seller (sus libros solo fueron desbancados por J.K. Rowling). Un detalle más que puede llamar la atención: sus libros tienen el record de ser los más robados en las librerías de Gran Bretaña. Dice mucho de la naturaleza de sus lectores...

Literariamente, tiene un estilo sencillo y al mismo tiempo original. No usa en casi ninguna de sus obras los capítulos, haciendo de la trama algo continuo. Va saltando de escena en escena, usándolas para aumentar la intriga del lector o simplemente para llevar varias acciones a la vez. Destaca en el sarcasmo, los juegos de palabras y el ingenio. La parodia siempre ha sido uno de sus recursos básicos para divertir. Sus personajes son en muchos casos caricaturas (Cohen de Conan; Leonardo de Quirm de Leonardo Da Vinci; Lord Vetinari de Maquiavelo, al menos en parte...) que resultan fáciles de reconocer. Los países, costumbres y religiones suelen resultar extrapolables, y no es difícil echarse a reir con cómo se ridiculizan casi sin excepción.

En el cuarto de siglo que lleva escribiendo ha publicado 36 novelas. Por supuesto, los editores españoles han destacado por los mejores valores de nuestra raza: la iniciativa de una camella moribunda y la velocidad de mi mesita de noche (si, le tengo cariño y pienso en ella a menudo). En estos momentos, las publicaciones van (aproximadamente) por el 24. Los fans reclamamos sangre o, en su defecto, una traducción más rápida.

Mi favorita de las que he leído y la que no me canso de recomendar es Dioses Menores. Entra en un escenario totalmente nuevo (el reino de Omnia) y, con una trama entretenida y un montón de risas, nos lleva por una serie de reflexiones geniales en torno a la religión y las creencias. Lores y Damas, Mascarada y ¡Voto a bríos! tambien me encantaron... Aunque he de decir que no hay una sola novela que no haya devorado, disfrutado y repetido.

En resumidas cuentas, mis (escasos) lectores... Un autor que os recomiendo sin lugar a dudas.



Y feliz cumpleaños, señor Terry.