jueves, 27 de septiembre de 2007

Ulises; de James Joyce




Bueno... dado que es con toda probabilidad uno de los libros que más me está costando de él y que más decidido estoy a terminarme, me parece adecuado haceros aqui una reseña explicando mi opinión sobre el autor y esta, su obra. Empecemos.


A vuestro buen escritor le regalaron un Ulises no hará más que un més. Fue cosa de mi padre, que al ver que el "Retrato del artista adolescente" me había encantado, encontró un ejemplar de la "gran" (en muchos sentidos) obra del autor a un precio irrisorio. Ni corto ni perezoso, bajo el estandarte de que si quiero ser un buen escritor más me vale no acobardarme ante una obra literaria densa, terminé un par de lecturas que tenía planeadas antes y me dispuse a asediar la historia. Sostuve ante mi las 605 páginas de mi edición y tomé aire templando ánimos... Por desgracia, no logré aguantar más que 3 páginas antes de que me llamasen a comer. Ni que decir que no me entretuve ni hice esperar a mi querida familia (al contrario de lo que sucedería con Terry Pratchet entre mis manos).


Tardé un par de días en volver a retomar la lectura. La primera aproximación, qué duda cabe, había sido poco afortunada. Sin embargo, seguía firme en mi propósito... En el segundo intento llegué a terminar el primer capítulo, donde me asombraron maravillas como "Mira el mar -. ¿Qué le importan a él las ofensas?" o la descripción del sueño en que se apareció su madre.


A partir de ese punto, he seguido lento pero seguro en mi lectura... Y a Dios pongo por testigo de que la terminaré. Sin embargo, no se la recomiendo a ningún lector que no esté "muy" interesado en la técnica literaria. A este nivel es muy interesante, una joya con tanto aburrido monólogo interno. Para un estudioso de la época, es un retrato sublime de la ciudad de Dublin y de los personajes, un retrato además carente de hipocresía al estar hecho desde dentro. De cuando en cuando, además, tiene citas sencillamente memorables. Por desgracia, es denso y lento a rabiar. De hecho, me ha hecho llegar a la conclusión de que si alguien tuviese poderes de telepatía, se aburriría infinitamente asistiendo a nuestros monólogos internos.


En fin, no os recomiendo este onanismo mental de un irlandés con demasiada imaginación y aún más tiempo libre. Salvo los casos adecuados, claro está. Además, tampoco estaría de más que le echáseis un tiento y no confiáseis ciegamente en la opinión de este, vuestro escritor. Tras hablar con Aigash y que ella me hablase de cierto tipo de escritura surrealista, me parece obvio que hay cosas más coñazo...


Y si el señor Joyce se remueve en su tumba, que mire al mar. Además, aburrido y malo son adjetivos diferentes.

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